Los Ángeles.- Un destacado cardiólogo dijo el miércoles que Michael Jackson podría haberse salvado, mientras los abogados de Conrad Murray, el médico juzgado por la muerte del cantante, abandonaron su tesis de que el Rey del Pop haya bebido el potente sedante propofol que lo mató.
El cardiólogo Alon Steinberg, un alto miembro de la Junta Médica de California, criticó a Murray, juzgado por la muerte de Jackson en 2009 por una sobredosis de propofol, al señalar que el médico de la estrella simplemente debería haber llamado a los servicios de emergencia apenas vio que el cantante había dejado de respirar.
"Es de conocimiento básico en Estados Unidos, uno no tiene que ser un profesional de la salud, que cuando alguien no responde se tiene que llamar al 911 para pedir ayuda", dijo Steinberg en su testimonio ante el jurado en Los Angeles.
Murray dijo que dejó a Jackson durante dos minutos para ir al baño el 25 de junio de 2009, y cuando regresó lo encontró aparentemente sin vida.
"Cuando se controla a un paciente uno nunca deja de estar a su lado, especialmente después de darle propofol. Es como dejar a un bebé durmiendo en la mesa de la cocina", dijo Steinberg.
Murray es acusado de haberle dado a Jackson una sobredosis de propofol para tratar de ayudarlo a dormir. Sus abogados habían sostenido que Jackson era un adicto desesperado que provocó su propia muerte al ingerir una fatal dosis extra de esa droga mientras Murray estaba fuera de la habitación.
Pero el miércoles, sorpresivamente y antes de que el jurado llegara a la corte, uno de los abogados de Murray anunció que la defensa abanonaba la afirmación de que Jackson pudo haber bebido una sobredosis mortal de propofol.
"Ya no estamos afirmando que el propofol haya sido ingerido por vía oral en este caso", dijo Michael Flanagan, un miembro de la defensa de Murray, acusado del homicidio involuntario de la estrella.
"No vamos a afirmar en ningún momento en este juicio que Michael Jackson ingirió propofol por vía oral", dijo.
Murray admitió haberle dado 25 mg de propofol a Jackson sobre las 10H40 del día de su muerte, después de que el cantante permaneciera despierto toda la noche, y a pesar de haberle dado otros sedantes menos potentes.
La teoría de que Jackson pudiera haber bebido más propofol, un líquido blanquecino que la estrella llamaba su "leche", mientras Murray estaba fuera de la habitación, fue contrarrestada por la evidencia de que no fue encontrado ningún resto de propofol en su estómago.
Pero no está claro si los abogados de Murray abandonaron por completo la teoría de que Jackson se autoadministró el propofol; en teoría, podría haberlo hecho a través de una vía intravenosa en su pierna.
En una entrevista con la policía presentada en el juicio, Murray contó que asistía a Jackson desde hacía dos meses mientras la estrella ensayaba en Los Angeles para una serie de conciertos en Londres.
Dijo que le daba propofol cada noche para ayudarlo a dormir, pero, preocupado por la adicción de Jackson a esa droga, tres noches antes de su muerte había comenzado a tratar de disminuir su dependencia.
El día en que Jackson murió, Murray le dio a Jackson una serie de inyecciones intravenosas de los sedantes lorazepam y midazolam a partir de la 01H00 y durante toda la noche, pero el cantante se mantuvo despierto.
Finalmente, después de darle 25 mg de propofol a las 10H40, Murray controló a Jackson por un período indeterminado, antes de ir al baño.
Cuando regresó y encontró al cantante aparentemente sin vida, Murray empezó a tratar de reanimarlo, pero en lugar de llamar al 911, llamó al asistente personal de Jackson, quien a su vez llamó a un guardia de seguridad, que finalmente llamó al 911 a las 12H20.
Steinberg señaló que los paramédicos llegaron a la mansión seis minutos más tarde, un período que podría haber salvado la vida de Jackson si se les hubiera llamado de inmediato.
"Si hubieran llegado allí seis minutos más tarde (a partir del momento en que Murray notó que el cantante no respiraba), Michael Jackson estaría vivo", dijo.
Se espera que el juicio en la Corte Superior de Los Angeles dure unas cinco semanas, hasta finales de octubre. Si Murray es declarado culpable enfrenta hasta cuatro años de cárcel.
fuente: EL ECONOMISTA
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