En un día normal en Huatabampo, la gente que habitamos en este lugar desde muy temprano le damos vida y actividad al municipio. La población de madrugada se levanta a despertar a los niños que irán a la escuela muy temprano; por lo regular, las amas de casa harán el desayuno para sus familias; los abuelos, sentados en el porche de sus casas, disfrutarán el olor de un buen café mañanero; otros acudirán al centro deportivo a realizar sus ejercicios matutinos y, normalmente, una gran parte de radioescuchas sintonizaremos Radio Lobo, en la 560 AM, para escuchar los aconteceres del día… sin embargo este pasado 12 de septiembre no ocurrió así.
Huatabampo inició su día a primera hora de la mañana; Radio Lobo comenzó a sintonizarse muy temprano, pero hoy no se escuchó el número de la Lotería nacional, el melate ni felicitaciones para los que lleven los nombres de María, Santos Silvino y Guido, como normalmente lo escucharíamos. Este viernes 12 fue un día distinto para los huatabampenses: una gran creciente, resultado de la depresión tropical «Lowell», la cual nos dejó más de 300 milímetros de lluvia y que, según las notas periodísticas, «no representaba un peligro para Sonora», ocasionó el peor desatre natural para Huatabampo desde la inundación de 1948.
Una gran creciente sin ningún aviso y sin sospecha alguna llegó al Fraccionamiento «Las Palmas», donde poco a poco el agua alcanzaría mas de 2 metros de altura con un nivel de tierra, hasta la iglesia de la colonia 14 de Enero (llamada así por la fecha cuando ocurrió una gran inundación y no precisamente por su fundación). Eran las 02:00 hrs de las madrugada y Protección civil ya no alcanzó a alertar a las familias; la gente con pánico, llanto, subió a los techos de sus casas suplicando que no subiera más el nivel del agua; por otra parte, el «bordo» del canal se reventó y el agua también despertó a las familias ocasionando la salida inmediata de sus casas. En la colonia Ibarra la gente suplicaba por el rescate de los suyos en pangas, ya que el nivel era de más de 2 metros de altura, un verdadero caos en el municipio desde la madrugada. En el CERESO local, una de las zonas más afectadas, la población interna se trasladó a los segundos pisos y sus guardias en los techos pedían agua potable.
En Huatabampo aun no amanecía, pero su gente en un 80% de la población ya se encontraba despierta buscando el bienestar de sus familias, resguardando a los suyos y, en una muestra de solidaridad, acudiendo a ayudar a la población más afectada para sacar a la gente de las zonas más inundadas.
Hoy en Huatabampo no nos despertó la luz del día, el resplandor matutino, ni la brisa del mar como normalmente ocurre, hoy los gallos de las granjas no cantaron...
Al salir la luz del sol, cuando la visibilidad era posible, el paisaje era devastador, imágenes nunca vistas por los huatabampenses, el municipio rodeado de agua; en tierra, desde la espiga en la entrada norte, hasta la escuela Soto en la 16 de Septiembre; desde la calle Moctezuma hasta el crucero del Hospital Integral.
Hoy Huatabampo, «Sauce en el agua», era devastado por ésta.
Imágenes que habíamos visto sólo en televisión unos años atrás en New Orleans, Estados Unidos o el Caribe, donde la población sufre los estragos del clima, ahora las veíamos a través de la ventana. Hoy comenzaría un nuevo reto; este día, para la historia de Huatabampo, se demostraría la calidez de la gente, la hermandad, la solidaridad y el apoyo para los nuestros.
La población de Huatabampo en solidaridad y apoyo, aportaríamos algo para los que menos tienen, no sólo esperar a que todo se resuelva por las autoridades, sino actuar en conjunto para disminuir el miedo y las consecuencias que podrán ocurrir a causa del desatre más grande de la historia de Huatabampo.
Había más de mil seiscientos damnificados tan sólo a las 05:00 hrs, y continuaban llegando. La secundaria Tierra de Generales, el Club de Gatos, El Club de Leones, la casa de la Asegurada del IMSS, el SNTSS entre otros, llenaban sus instalaciones de gente que pedía agua potable y alimento para sus hijos. Las instituciones de salud IMSS y SSA hacían equipo para resolver los problemas que pudieran presentarse y que agobian a la gente, Huatabampo, incomunicado con Navojoa y los Mochis, quedaba completamente aislado; y los habitantes de la comunidad, en espera de la llegada de ayuda de cualquier parte.
No olvidemos que posterior al desastre es necesario prevenir la detonación de epidemias; no aportemos una páginas más a la historia de las enfermedades como la encefalitis equina en 1978 y la del dengue en el 2003; es necesario extremar precauciones para evitar un tipo de contingencia insalubre y no sumar más muertes a lo ya sucedido.
Hoy, al ver el panorama y pensar que ninguna autoridad detectó lo antes sucedido, CNA, Protección civil, ni el helicóptero que sobrevoló la comunidad un día antes, me viene a la mente las declaraciones del empresario Alejandro Martí, apenado por el profundo dolor de la muerte de un hijo: «Estar sentado ocupando un cargo sin hacer nada y recibir un sueldo, eso también es corrupción»… «Si no pueden, renuncien»; y quizá no sea este el caso de un secuestro, literalmente, pero sí es hora de ponerse a trabajar, de hacer algo, olvidar las diferencias y unir fuerzas, cerrar filas, estrechar los lazos y unirnos por esta causa.
Hoy Huatabampo, despertará nuevamente y verá la luz del día.
Dr. César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
