Justo al entrar al municipio que se ostenta como “la tierra de Los Generales”, impacta a la vista un gran anuncio que dice: “Construyamos juntos el Huatabampo que queremos”. Pácatelas… Como ello implica la conjunción de esfuerzos de autoridades municipales y ciudadanía, pues me resisto a creer que los huatabam-penses quieran una ciudad greñuda, polvorienta y que, tal vez por ser época vacacional –o porque las modernas «barredoras» que utilizan no dan para más ni cubren mucho terreno-, lucía sucia, abandonada y descuidada. ¿Entonces...?
Dicen lo que fueron a Huatabampito, que este año la gente se volcó a sus “recién recuperadas” playas; que hasta los que nunca iban, se dieron cita para que no les contaran si el puente quemado seguía allí todavía, como mudo testigo de lo que sucedió en una de las playas más amplias y tranquilas de Sonora, eso sí, sin tomar en cuenta la gran cantidad de mantarayas que hicieron de las suyas con los valientes vacacionistas que, a pesar del viento frío que se dejó sentir durante el jueves y viernes santo, querían lucir los trajes de baño adquiridos en “la Ley” o patrocinados por la Coppel mediante módicos pagos semanales.
Para los que un traje de baño ya no es tan lucidor o que prefieren quedarse a festejar la semana santa como dios manda, compartiendo con la familia y participando en los eventos religiosos cuaresmales, caminar por las polvosas calles de Huatabampo era una abierta provocación e invitación a las alergias que provocan no sólo la llegada de la primavera, si no también las polvaredas que se levantan en un pueblo en el que las trocas y los troques son “esenciales” para su funcionamiento y que además le dan un toque peculiar al tránsito citadino, tratándose de ruidos y seguridad vial...
Hace dos años comentamos también que las calles de Huatabampo lucían sucias y deterioradas. Es porque las autoridades municipales son panistas, me reviró un político tricolor de por allá. Ahora que los priistas son gobierno, la cosa sigue igual, si no es que peor; ¿entonces? ¿No será más bien que les falta que lleguen autoridades que realmente “sirvan” y no que “se sirvan”?; en otras palabras, que lleven progreso y bienestar para “la gente”, que no necesariamente es lo mismo que “su gente”. Pobre Huatson, nomás cambia de dueño cada tres años...
Azalea Lizárraga / azaleal@hmo.megared.net.mx
Dicen lo que fueron a Huatabampito, que este año la gente se volcó a sus “recién recuperadas” playas; que hasta los que nunca iban, se dieron cita para que no les contaran si el puente quemado seguía allí todavía, como mudo testigo de lo que sucedió en una de las playas más amplias y tranquilas de Sonora, eso sí, sin tomar en cuenta la gran cantidad de mantarayas que hicieron de las suyas con los valientes vacacionistas que, a pesar del viento frío que se dejó sentir durante el jueves y viernes santo, querían lucir los trajes de baño adquiridos en “la Ley” o patrocinados por la Coppel mediante módicos pagos semanales.
Para los que un traje de baño ya no es tan lucidor o que prefieren quedarse a festejar la semana santa como dios manda, compartiendo con la familia y participando en los eventos religiosos cuaresmales, caminar por las polvosas calles de Huatabampo era una abierta provocación e invitación a las alergias que provocan no sólo la llegada de la primavera, si no también las polvaredas que se levantan en un pueblo en el que las trocas y los troques son “esenciales” para su funcionamiento y que además le dan un toque peculiar al tránsito citadino, tratándose de ruidos y seguridad vial...
Hace dos años comentamos también que las calles de Huatabampo lucían sucias y deterioradas. Es porque las autoridades municipales son panistas, me reviró un político tricolor de por allá. Ahora que los priistas son gobierno, la cosa sigue igual, si no es que peor; ¿entonces? ¿No será más bien que les falta que lleguen autoridades que realmente “sirvan” y no que “se sirvan”?; en otras palabras, que lleven progreso y bienestar para “la gente”, que no necesariamente es lo mismo que “su gente”. Pobre Huatson, nomás cambia de dueño cada tres años...
Azalea Lizárraga / azaleal@hmo.megared.net.mx
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