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viernes, 3 de septiembre de 2010

Sacrificio, éxito y liderazgo

Estamos viviendo una era en la cual el interés propio guía las metas y prioridades de quienes aspiran a ser líderes. Los menos materialistas, dirán que su propósito es ser amados, respetados y valorados. En el otro extremo, muchas personas desean liderar sólo para obtener más dinero y poder. Aunque opuestas, estas posiciones -y sus matices- tienen algo en común: el éxito como visión. El liderazgo es, para la mayoría, una recompensa. Pero... ¿estamos dispuestos a hacer el sacrificio de ser líderes?


Entendemos por "sacrificio" las innumerables renuncias que exige perseguir una visión o un ideal. El líder es un idealista que necesita, ante todo, fuerza de voluntad para perseverar, valor para decidir, e iniciativa para impulsar su proyecto. Mientras más alta sea su misión, más elevado será el sacrificio requerido.

La tarea de todo líder se construye sobre conductas generosas que se apoyan en un sentido trascendente, pero que se traducen a acciones cotidianas: sacrificar tiempo, gustos ,o dinero, en aras de un logro mayor.



 Como políticos o líderes de una comunidad, debemos sacrificar nuestros deseos personales y anteponer el bien común para beneficio de nuestra comunidad. Porque si no lo hiciéramos... ¿qué clase de gobernantes seríamos?

Sacrificio & Éxito

En un templo de Kali, India, está grabada la siguiente leyenda: "No le puedo pedir a todos que sean totalmente desinteresados. Pero, si no pueden pensar en la humanidad en general, piensen al menos en su país. Si no pueden pensar en su país, piensen en su comunidad. Si no pueden pensar en su comunidad, piensen en su familia. Pero, por amor a Dios, no piensen únicamente en sí mismos!"

Paradójicamente, en los corredores de las organizaciones, frecuentemente escuchamos consejos del tipo: "No te preocupes tanto por los demás. Cubre tus espaldas y concéntrate en tu trabajo porque nadie más lo hará. Cuando te asciendan, no te preguntarán cuántos amigos tienes."

Estos ejemplos representan dos tipos opuestos de liderazgo. El liderazgo expresado en el templo se basa en la humildad y la entrega. El consejo escuchado en las organizaciones lo hace en el individualismo y la soberbia. Para unos, el sacrificio es una condición intrínseca del liderazgo, mientras que para los otros, el liderazgo es la conquista que los libra de todo sacrificio. Ambos buscan el éxito, es verdad, pero la diferencia es que, para el primero, el sacrificio es el camino al éxito; mientras que para el segundo, el sacrificio es un obstáculo.

Existe una larga tradición, en nuestra sociedad, de historias de éxito obtenido a expensas de los demás, a través de atajos y caminos fáciles. La trampa de esta vía al liderazgo es que, tarde o temprano, el líder se encuentra...con los demás. Todas las personas que desempeñan un rol de liderazgo están allí porque otras personas los necesitan. Tienen un talento, un don, o una capacidad que puede ayudar a los demás... y justamente por eso son elegidos: para servir.

"El éxito, al igual que la felicidad, no es algo que pueda perseguirse,

debe sobrevenir y sólo surge como el efecto secundario de la dedicación personal

a una causa superior a uno, como el producto derivado de la entrega.

La felicidad debe darse, otro tanto vale para el éxito.

Presten oídos a lo que su conciencia les ordena que hagan

y llévenlo a cabo de la mejor forma que sepan"

-Viktor Frankl-

Misión: los demás

El verdadero líder lleva a cabo su tarea con la mayor dedicación, sin preocuparse por los beneficios que esta tarea pueda traerle. Sabe que para ser "el primero", deberá ser el servidor de todos los demás. Comprende que el liderazgo no es una posición que le pertenece, sino un servicio que da. De esta manera trasciende la preocupación por sí mismo y puede desarrollar tres misiones fundamentales:

- Cuidado: preocuparse activa y comprometidamente por el bienestar y desarrollo que aquellos a quienes lidera.

- Responsabilidad: responder voluntariamente a las necesidades de otras personas. Estar listo y dispuesto a ayudar a otros a cumplir sus metas y ser exitosos.

- Respeto: aceptar a cada persona como es. Considerar la libertad de los demás en todo momento.

Comprendamos que el liderazgo no es una medalla. No es un premio: es una misión. Es un trabajo muy difícil en el que debemos ponernos al servicio de los demás. Usted... ¿está dispuesto a hacer el sacrificio de ser un líder?

Equipo Termómetro
termomx@gmail.com

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