El presidente Felipe Calderón reconoció que el caso de Hugo Alberto Wallace evidenció la falta de atención, sensibilidad, lentitud o ineficacia de las autoridades en el combate a crímenes como el secuestro y ofreció combatir al crimen pero sin tolerar que en esa tarea la autoridad atropelle las garantías individuales.
"Su caso ha puesto de manifiesto la barbarie con la que actúan estos criminales, la urgencia de que los mexicanos cerremos filas para poner un alto a la delincuencia y a la impunidad, particularmente en este delito del secuestro”, dijo el presidente al entregar el Premio Nacional de Derechos Humanos 2010 a Isabel Miranda de Wallace.
"Sólo habrá justicia, como bien decía el doctor Raúl Plascencia, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), cuando los servidores públicos cumplamos con el deber que tenemos encomendado", añadió Calderón.
El mandatario ratificó que la criminalidad es la principal amenaza a la plena vigencia del Estado de derecho y de los derechos humanos en México y resaltó la labor de Isabel Miranda en el combate al secuestro y a las víctimas, como “prueba indiscutible del enorme poder que tiene la ciudadanía”.
El Ejecutivo federal planteó la necesidad de un verdadero esfuerzo social, de gobierno en todos sus niveles y sociedad, para crear ese ambiente que restituya la tranquila convivencia en el orden, “donde unos seamos respetuosos de otros”.
En su discurso, el mandatario dio la bienvenida a una propuesta que previamente había formulado Isabel Miranda para construir un memorial con los nombres de Hugo Alberto Wallace, Silvia Vargas, Fernando Martí, el niño Equihua y todos los nombres de las víctimas que han sido secuestradas y perdieron la vida.
Fuente: Agencias
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