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lunes, 11 de abril de 2016

¿POR QUÉ NO DESPEGAN LOS AYUNTAMIENTOS?

Bulmaro Pacheco / bulmarop@gmail.com


La mayoría de los entrevistados (autoridades municipales) se quejan de que no tienen recursos. Que el gasto corriente supera por mucho sus márgenes de inversión; que la deuda de corto plazo heredada -y/o recibida que se suma a la deuda histórica- les representa un gran freno para sus programas; que los ingresos municipales son exiguos; que el ramo 23 (que les proporcionaba el dinero directo de la federación) está centralizado; que adeudan lo solicitado para el aguinaldo; que las participaciones estatales y federales no les alcanzan y menos con los recortes impulsados por la caída de los precios del petróleo, con alto impacto en sus presupuestos.
También que sus antecesores le otorgaron base laboral a juniors, parientes, amigos y militantes de su partido, y les resulta muy caro realizar los recortes de personal por los altos costos en las indemnizaciones, ante el cúmulo de demandas laborales de quienes sostienen “llegaron para quedarse”... en la administración y se resisten a retirarse.
Argumento frecuente es que “los que se fueron dejaron un desorden administrativo de antología, y es muy poco lo que se puede hacer para arreglarlo, por los compromisos que presumen en otras esferas de poder”. Las historias de siempre aderezadas por limitaciones políticas.
A eso le suman que tanto la delincuencia como el hampa organizada están desatadas y la seguridad pública ha entrado en una grave crisis, por la falta tanto de buenos sistemas de inteligencia policiaca como de elementos especializados y equipo moderno para combatirlas con éxito.
La delincuencia, afirman, “no ha hecho excepciones” y está presente en todas las colonias y los barrios, en el medio rural a toda hora y no parece que el fenómeno de la violencia se entienda a fondo y en su justa dimensión como un fenómeno complejo, crecido, ramificado y difícil de abordarse.
Se discute además la eterna infiltración y la disputa del hampa con la autoridad por las corporaciones policiacas, lo que le agrega un ingrediente más a una crisis difícil de solucionarse en medio de la discusión sobre el Mando Unico que para algunos debe replantearse de fondo.

Toda una complicada trama de problemas y realidades que los nuevos ayuntamientos deben afrontar con algunos escenarios agregados que deben de revisarse para tomar medidas.
Uno, el de la difícil coyuntura económica nacional, que ha obligado al gobierno federal a realizar recortes al presupuesto federal, uno de 132 mil millones en 2016 y otro anunciado de 175 mil para el 2017, con alto impacto en los programas de inversión en infraestructura para estados y municipios. Moody’s y Standard & Poor’s han afirmado; “que los estados dejarán de recibir 100 mil millones de pesos de convenios de descentralización y subsidios del gobierno federal... y que este año los ingresos estatales serán menores en un 25% de lo que se les otorgó en 2015”. (¡!)
Dos, la complicada situación financiera estatal, derivada del desorden administrativo y financiero heredado al gobierno de Claudia Pavlovich, que ha obligado a la revisión del gasto público, a aplicar políticas de austeridad y la revisión exhaustiva de la inversión estatal en los municipios. 
La actual crisis financiera estatal ha registrado que no existe institución estatal o municipal libre de problemas de insolvencia, altos índices de endeudamiento, faltantes financieros y recursos depositados por la federación o descontados por el Estado, pero que el gobierno del PAN no los aplicó o los desvió como sucedió en los casos de los adeudos de las instituciones de educación superior estatales con el Isssteson, o los depósitos federales que nunca le fueron entregados los destinatarios.
Toda una situación especial –inédita e histórica- para los ayuntamientos, que en parte explica que la mayoría de ellos todavía no despeguen. ¿Por qué?
El 16 de septiembre del 2015, Sonora inauguró una nueva etapa de ayuntamientos con representación de seis partidos políticos involucrados en regidurías, sindicaturas y presidencias municipales.
De los 72 municipios de Sonora, el PRI gobierna 40, que representan una población de 1,879,774 habitantes; el PAN gobierna en 23, para 994,803; Movimiento Ciudadano en 4 (PE Calles, Átil, Bacadehuáchi, Villa Hidalgo) con 21,794; el PRD (La Colorada y Bácum), 26,431; el Verde ecologista (Bacanora y Sáric), para 3,669; y Nueva alianza (Cumpas) con 6,888 habitantes.. Un tema que ya los inquieta,pero que algunos no lo sabían, es que los ayuntamientos electos en el 2018 podrán ser ya reelectos, por una sola vez a partir de la elección del 2021; de acuerdo a la reformas constitucionales promovidas en el 2014.
Un punto a favor es que la pluralidad en la integración de los ayuntamientos no ha representado problema alguno, porque ha mejorado la calidad del debate político y los mecanismos de vigilancia de los gobiernos.
Otro, que la irreversible alternancia municipal ha incidido más en la capacidad de denuncia que en la calidad de los gobiernos. Con independencia del partido que los gobierne, los estilos son los mismos,pero ahora, gobernar municipios es más difícil que antes.
Ahora, se respira un clima de menor tolerancia a los abusos y las corruptelas  Ahora vemos en los cabildos debates que antes no existían.También pleitos,renuncias,divisiones y señalamientos que afloran a la opinión pública y que antes se guardaban.
La presencia de regidores de la oposición en los cabildos ha permitido una mayor apertura a la información y al ejercicio de la crítica de los estilos de gobierno. Las sesiones de cabildo, ahora ya no son lo que fueron.
¿Qué explica entonces parte de la crisis por la que atraviesan los ayuntamientos y a nivel de opinión pública en pleno abril de 2016 y a casi siete meses de que llegaron al poder se sienta que no despegan?
Han faltado ideas originales y adecuadas para atacar los problemas en una nueva realidad de crisis política, financiera y social. Eso no lo previeron antes de asumir los cargos. No imaginaron lo que les esperaba.
Se ha visto muy poca experiencia en los alcaldes, y la ausencia de creatividad en un contexto de crisis que Sonora no había vivido por ser la primera vez en la historia de una transición de partido en el gobierno estatal, con todos las contradicciones que eso generó. El llamado municipalismo que tanto presumió el PAN en el poder,no pasó de mero cuento.
Se han recargado demasiado en la gestión burocrática estatal y federal sin un sistema de evaluación permanente (yo ya gestioné la solución,falta que me cumplan en otras instancias) y hasta allí.
Se ha experimentado la ausencia de control político en algunos municipios, por las pugnas no resueltas entre grupos internos y externos que se disputaron el Poder, que ha afectado el arranque de las administraciones: En muchos casos: “Los que se fueron todavía no se han ido del todo, y los que llegaron no han terminado de aterrizar en sus nueva responsabilidad”. Algunas autoridades enfrentan todavía restos de fuerzas políticas, que “por dentro resisten y por fuera presionan”. 
También la renovada presencia de figuras que ejercen el Poder tras el trono, casi siempre, como expresiones de grupos poderosos en lo económico y político, que a nombre del “financiamiento de las campañas” les han pasado a los alcaldes interminables facturas, debilitando notablemente la capacidad de las autoridades para tomar decisiones autónomas. 
Hay municipios donde la propiedad, la administración, las decisiones y la inversión están acaparadas dando como resultado que la autoridad municipal aparezca como rehén de los intereses de grupo. 
¿Qué decir de las desastrosas herencias de administraciones pasadas que no han distinguido orígenes ni partidos?.
A algunos alcaldes les ha faltado iniciativa e imaginación para responderle a la población. Otros no han dejado de celebrar que llegaron al Poder. Otros, no terminan de denunciar a sus antecesores.
En un afán de discutible modernidad, algunos han creado costosas estructuras burocráticas con cargos que antes no existían (coordinadores de asesores, secretarios técnicos, jefes de la Oficina de la Presidencia, etc.), que ahora pesan tanto en los presupuestos, como en su eficacia.
En unos días más, los presidentes municipales de Sonora cumplirán siete meses en sus cargos y en cinco más deberán rendir su primer informe. ¿Habrá suficientes elementos para nutrir los informes? Pienso que con imaginación e iniciativa podrían avanzar. Están a tiempo.
Por ejemplo, no hay que dejar de lado algunas experiencias interesantes de regeneración urbana con alta participación social en Cajeme.
Novedosos mecanismos municipales para combatir la pobreza en Etchojoa y Álamos. Nuevos esquemas de comunicación en Bácum, políticas culturales en Quiriego, políticas de empleo en Empalme,apoyos a la población desvalida y migrantes en Carbó y experiencias de educación y empleo para poblaciones marginadas en Huatabampo, entre otras.
Habrá que ver con lupa la realidad de los programas de seguridad pública en Hermosillo, Guaymas (en crisis) y Nogales. 
La solución a la actual crisis en los ayuntamientos se antoja complicada, pero no imposible. Tiene solución. Para eso deberán recuperar el ejercicio de la política y la cercanía con la gente,antes que nada. Ante la falta de recursos,mucha imaginación e iniciativas propias. También gestión activa.
Son 72 ayuntamientos en busca de recursos y soluciones. Todos también necesitados. La crisis actual no tiene precedentes, ni siquiera en los tiempos de las frecuentes devaluaciones y cuando la inseguridad estaba controlada.
Sin descuidar la gestión externa, en el corto plazo las autoridades municipales deberán poner en juego todas sus habilidades y capacidades para dedicarse a gobernar, apegados a la gente y en atención a las demandas prioritarias de la población. No tienen mucho tiempo, porque la crisis está presente, la mayoría de los ayuntamientos no despega y por lo que se ve... ya se les está haciendo tarde.

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