No solo café /Azalea Lizárraga
Mi media naranja diría que el 07 de junio es especial por ser día de los Robertos; sus amigos periodistas y profesionales de la comunicación, encontraron mejor pretexto por ser el día de la libertad de expresión y hasta Claudia Pavlovich celebró el día en que fue electa como gobernadora del estado, hace un año ya.
Así las cosas y sintiéndonos un poco parte de todo, empezamos el día con ameno desayuno que el Jefe Sebastián Moreno, del Sol de Hermosillo, organizó con columnistas de esta casa editorial. Excelente bufet que no fue suficiente para acallar las voces y expresiones guasonas y hasta burlescas de los y las que compartimos diaria o semanalmente nuestra humilde opinión sobre diversos temas que consideramos pueden ser de interés a la cada vez más creciente población lectora del citado diario. Un espacio de convivencia que en ciertos momentos se tornó en crítica constructiva para mejorar nuestras aportaciones, lo que buena falta nos hace a uno que otro de los que estuvimos presentes.
Por la noche, convivio –que no conbebio- con la mandataria estatal y algunos integrantes de su gabinete, enlaces incluidos, cuando menos con los que más interacción tienen con los representantes de los diversos medios de comunicación hablada, escrita y cibernética que se desplazaron de varias partes del estado hasta esta ciudad capital.
Noche agradable que aprovechamos para intercambiar opiniones sobre el devenir del estado y algunos sucesos nacionales que, querámoslo o no, tendrán impacto en nuestro entorno con los reajustes y reacomodos de algunas fuerzas políticas ... ya lo veremos en el corto plazo.
Y allí, la gobernadora felicitó a los que por su formación profesional o a los que las sacudidas del destino los puso en ese camino en el que las letras se hermanan con la responsabilidad y honestidad y que el producto noticioso -con sus múltiples facetas-querámoslo o no, refleja un poco lo que cada uno guarda en su yo interno.
Por supuesto que al recordar que hacía exactamente un año, fue electa un 7 de junio, como la primera mujer para gobernar Sonora, Claudia se dolió y se declaró insatisfecha de la evaluación que el diario Reforma manejó como resultado de una encuesta efectuada entre los sonorenses sobre su ejercicio de gobierno. ¿Cómo no sentirse así si, como bien lo expresó, “siempre fue una niña de dieces en la escuela”?
Los que en nuestra niñez hemos transitado por el caminito de la escuela –como cantaba Cri Crí- buscando siempre no solo cumplir con lo requerido, sino hacerlo de la mejor forma, bien que entendemos el sentimiento de frustración cuando no podemos cumplir nuestros objetivos u obligaciones a la medida de nuestros deseos, o peor aún, cuando al considerar que hicimos nuestro mejor esfuerzo, la calificación obtenida no es la deseada.
Obvio, la tristeza o molestia nos invade por un momento, pero luego reaccionamos con mayor ahínco, siempre en busca de “ese diez” que estamos seguras podemos y debemos obtener.
Con el tiempo fuimos entendiendo que la vida nos va subiendo paulatinamente la varita y aunque el diez nos elude de vez en cuando, hemos llegado a apreciar más en su justa dimensión el empeño puesto en la realización de nuestras actividades e ir avanzando, paso a paso, en aras de conformar una vida plena de satisfacciones por las metas y logros alcanzados.
Que seguimos buscando ser mejores, por supuesto, es parte de nuestra naturaleza, y con ese solo hecho, ya lo somos; sobre todo ante los ojos de ese alguien a los que apoyamos e hicimos la diferencia en su vivir, o a los que ayudamos a levantarse y seguir adelante.
Dicen los politólogos que obtener una evaluación de 7.6 en el primer año del ejercicio de gobierno es motivo suficiente para sentirse más que satisfecho... De hecho, la única mujer gobernadora en México fue de los gobernantes mejor evaluados, y no solo del tricolor.
Que ha sufrido un inicio escabroso en el que ha tenido que sortear infinidad de problemas de diversa índole motivado por el penoso estado en que recibió la administración estatal, no ha sido excusa ni pretexto para que la gobernadora persevere en su empeño de cumplir las promesas de campaña, sobre todo en lo que se refiere a la transparencia en el manejo de recursos y ejercicio de la función pública (donde sale mejor evaluada); así como el combate a la corrupción (su piedrita en la zapatilla), promesas que la ciudadanía quisiera ver implementadas ya al 100 y no con el paso de tortuga que siente se mueven los engranes de la procuración de justicia en nuestro estado, sobre todo por lo que pasó en el pasado inmediato.
Pero como Claudia aspira a ser Gobernante de 100, le da la vuelta a la página y le mete turbosina a su actuar porque ya lo dijo: “uno nunca debe decir que es suficiente, creo que siempre se debe luchar por alcanzar mejores y mayores metas". Lo importante ahora es cumplirle a los sonorenses y mejorar en lo que más nos duele.
Y no pedimos mucho señora gobernadora, tan solo que haya salud y educación de calidad al alcance de todos; así como transparencia y rendición de cuentas en los actos de gobierno; solo así logrará usted restituir la confianza de la gente en sus gobernantes.
Usted esfuércese al máximo en hacer cumplir la ley y no dejar que la impunidad sea el sello de la casa y con ello logrará que más y mejores apoyos lleguen al estado, que sigan fluyendo las inversiones que garanticen buenos resultados en beneficio de todos aquellos que confiaron en usted como mujer, como política y como funcionaria.
No afloje el paso y siga usted trabajando para ser la mujer de 100 que Sonora necesita.
@Lourdesazalea
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