No solo café / Azalea Lizárraga
Desde que el diputado federal, Agustín Rodríguez, vino a Sonora a puntualizar ciertas aclaraciones sobre su muy particular situación jurídica y fuero legislativo, fue más que evidente que se alborotó el pajonal político en el estado y las redes sociales se inundaron de argumentos en pro y contra del ex secretario particular en el sexenio de Guillermo Padrés Elías. Como siempre, todo quedó en un escándalo mediático que como bola de humo se disipó en el otrora cielo azul de nuestra ciudad capital, dicho esto por aquello de la fuerte contaminación ambiental en Hermosillo.
No tardamos mucho los sonorenses en ser testigos de un operativo solicitado por la Fiscalía Anticorrupción en Sonora, cuya actuación se mueve entre la muy necesaria secrecía de los menesteres que en su seno se trabajan y los cateos, órdenes de aprehensión o presentación que suelen publicitarse muy requetebién, para beneplácito de un gran segmento de sonorenses que esperamos resultados contantes y sonantes sobre los supuestos actos de corrupción en los que incurrieron no solamente los charalitos, sino que alcance también a los tiburones que se mueven en aguas internacionales.
Digo supuestos porque mientras no haya castigos, todo se circunscribe al sospechosismo con el que etiquetamos a cuanto conocido sabemos “le dieron chamba” como funcionario público. Ya la hizo, o ya salió de pobre, es la consabida expresión al enterarnos de su “buena suerte”.
Regresando al cateo de lo que unos dicen es una finca rural, otros un ranchito y los más, las lujosas caballerizas y áreas conexas a las que tuvimos acceso virtual por los videos y fotos del operativo que circularon ampliamente en las redes sociales y que, seguramente, mucho han de disfrutar sus propietarios.
Por supuesto que la reacción de familia y amigos del ex gobernador –que los tiene- no se hicieron esperar, aunque no les fue muy bien que digamos. Cuando hay hartazgo ciudadano, surge fácilmente la crueldad y la falta de respeto, claro está que si lo merecen o no es también otra historia.
Como el dinero no preocupa a estos niveles, saltó a los reflectores nacionales el ex procurador de la República durante el sexenio de Ernesto Zedillo, Antonio Lozano Gracia, panista de abolengo que tuvo sus cinco minutos de fama internacional con el famosísimo caso de la vidente contratada durante su gestión para “resolver” un caso medio complicado de corrupción. Usted se acordará mejor de la chunga derivada en torno al mismo.
Defensor ahora del ex gobernador Padrés presenta argumentos que, por provenir de un personaje al que se le atribuye una amplia sapiencia jurídica y experiencia en la aplicación de la ley, pone en tela de juicio –aunque sea a nivel mediático- no solo la legalidad del cateo, sino también sus implicaciones a futuro al tratar de utilizar la información adquirida por esta vía, ya que la Fiscalía Anticorrupción tampoco está legalmente fundamentada.
¿Será…? nos preguntábamos los ignorantes respecto del ser y actuar del brazo de la ley, sabiendo además que por errores mínimos salen en libertad muchos corruptos y casi hasta perdón les tenemos que pedir; ya sabe usted, la “injusticia que existe al aplicar la justicia”, sobre todo cuando hay dinero de por medio… como usted comprenderá.
Reacción inmediata del gobierno del estado -ya sea porque la gobernadora Claudia Pavlovich a esto de las leyes le entiende bien y el procurador en Sonora no es tampoco manco ni sordo- y se ponen a trabajar los engranes de la procuración de justicia para surgir las aclaraciones y precisiones conducentes en voz del asesor jurídico del Gobierno de Estado que también debe saber mucho de los recovecos, sótanos y alcantarillas por donde se evade, a veces, la aplicación de la ley.
Nos referimos al General y también ex procurador de la República en el sexenio de Vicente Fox, Rafael Macedo de la Concha, quien es entrevistado a nivel nacional por Joaquín López Dóriga y que, dado el rating de sus programas, se convirtió en “trending topic” en redes sociales.
Declaraciones contradictorias de ambos ex procuradores respecto de las investigaciones por enriquecimiento ilícito del ex gobernador Guillermo Padrés Elías y el cateo practicado el pasado 5 de mayo en su rancho de San Pedro, y del cual se especula tiene un alto valor en el mercado, ya que tiene hasta caballerizas refrigeradas, lo que una mayoría de la población sonorense considera una cachetada guajolotera, sobre todo si consideramos las condiciones de pobreza y marginación en las que sobreviven muchas familias de la citada comunidad rural aledaña a nuestra ciudad capital. Eso sin mencionar las especulaciones respecto de la procedencia de los recursos para la adquisición y operación del inmueble.
El general fue muy enfático al declarar que la gobernadora de Sonora enarbola la bandera que todos los mexicanos exigen en cuanto al combate a la corrupción y de que no exista impunidad para quienes violen la ley y defrauden la confianza de los ciudadanos.
Todos sabemos que la Fiscalía Anticorrupción fue creada para tratar asuntos de corrupción de gobiernos pasados, pero la gobernadora ha girado también instrucciones precisas de atender casos que se generen con cualquier servidor público de su administración. Ya veremos si lo hacen.
Según explicó el general, la Fiscalía está inscrita en el nuevo Sistema Nacional de Combate a la Corrupción y como tal realiza un trabajo único y especializado para dar respuesta a las exigencias de la sociedad. Consecuentemente, las facultades de la Fiscalía están implícitas en la Constitución del estado, en la ley orgánica y su Reglamento, y al estar dotada también de autonomía técnica, será quien determine si hay o no responsabilidad entre quienes investigue.
Macedo de la Concha no quiso opinar sobre detalles de las investigaciones pero fue contundente al afirmar que éstas se han hecho conforme a derecho y preciso varios puntos legales inherentes al ser, quehacer y actuar de la Fiscalía; cuando menos mucho mejor que Lozano Gracia, lo que ya es algo.
Con dos versiones encontradas provenientes de personajes que tuvieron en su momento la procuración de la justicia en México y que por tanto deben saber de lo que hablan, uno se pregunta hasta dónde alcanza el brazo de la ley cuando hay dinero y poder de por medio.
El tiempo dirá quién decía la verdad. De lo que no nos queda duda, es que la ley tiene muchas aristas.
@Lourdesazalea
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