Bulmaro Pacheco
Desde antes del
inicio del proceso electoral, con aire triunfalista aparecieron prometiendo
hasta un 30 % menos en los recibos de energía eléctrica; por gestiones de ellos
bajaría el gasto en los recibos de los ciudadanos. Pero nunca le explicaron a
la gente ni cómo ni cuándo, solo prometieron y se embarcaron mientras saturaban
de espectaculares las principales carreteras del estado con propaganda que,
-pretendiendo originalidad-, anunciaba su propuesta a diestra y siniestra.
¿Cuál era el fondo?
No tardó en
saberse que al explotar políticamente la obra del gasoducto en construcción
también le añadieron lo de las tarifas eléctricas. Junto con pegado para buscar
que la gente creyera en lo primero. Resultado: Las tarifas eléctricas no
bajarán por arte de magia cuando al PAN se le ocurra y menos para las
elecciones del 2015. El proceso tendrá que esperar a que se concluya la obra
para sustituir el combustóleo por el gas para producir electricidad, pero esa
será otra historia y no va a depender de ellos sino de la política económica y
presupuestaria de la CFE.
Después
iniciaron otra campaña: La del salario mínimo. Ofrecieron un salario
“digno”, dándole un vuelco al concepto
de salario mínimo, y juntaron firmas en todo el país para buscar cumplir con lo
señalado en el artículo 35 Constitucional en materia de consulta popular.
Intentaron vincular su propuesta a la votación de junio del 2015 para explotar
el tema y hacer campaña de proselitismo tratando de llegarles a los
trabajadores de México con un tema en apariencia novedoso y convincente, aunque
para ello se les hubiera adelantado Miguel Mancera, el jefe de Gobierno del
D.F.
Pasadas las
aduanas del Congreso de la Unión y el INE, la Suprema Corte de Justicia de la
Nación rechazó su consulta, alegando que el tema contradecía lo dispuesto en el punto 3 del
inciso “c”, fracción VIII, de la disposición constitucional mencionada.
Total que no se
estrenará en 2015 la nueva legislación de consulta popular, porque al PRI
también la SCJN le negó la disminución de legisladores de representación
proporcional y al PRD y Morena sobre la reforma energética.
Ofreció el PAN
también que en materia electoral se buscaría que los organismos electorales
locales no fueran manipulados ni controlados por los gobernadores. La realidad
no tardó en desmentirlos cuando a todas luces en la entidad se dio la
integración del Tribunal Estatal Electoral, con un presidente -notario público de reciente horneada, con
licencia- que durante el sexenio panista
ocupó los cargos de subsecretario de Gobierno y enlace con el Congreso local.
Han actuado
también hacia el interior del Instituto Estatal Electoral creando situaciones
de conflicto, por impulsar a panistas en cargos clave de la estructura del
órgano rector de las elecciones en Sonora.
El gobierno de
la alternancia presumió la creación de la Contraloría “Ciudadana”,
supuestamente ajena a intereses partidistas, para sustituir al ex diputado
local Carlos Tapia, que ejerciera a principios del sexenio.
Con el tiempo,
la contralora demostró que ha sido más de lo mismo y su presencia ha pasado
prácticamente inadvertida, desdibujada y fuera de lugar. No se sabe que haya
abordado con seriedad los temas candentes de la administración
estatal-pensiones,inhabilitaciones,dinero federal, deudas, corrupción- y las
cosas siguen igual o peor a cuando ella entró al relevo.
No se sabe de
acciones relevantes, salvo el de presumir premios en los portales de
transparencia o de formalidades ante órganos nacionales, que no tocan de fondo
ni las observaciones del ISAF ni los graves problemas de corrupción existentes
en el aparato público.
Ahora que
anuncian la consulta a las bases del PAN para integrar la plataforma electoral
que presentarán y defenderán sus candidatos el próximo año, esa plataforma les
plantea un dilema por resolver y seguramente les acarreará no pocos dolores de
cabeza: ¿Igual o más de lo mismo? ¿Con quién o quiénes habrán de defenderla?
¿Cuáles serán los principales ingredientes de oferta hacia el votante ?.
La postulación
de sus candidatos es otro problema que deberán abordar. En ese tema aparentan
como que nada pasa y les afloran tensiones.
En estos
momentos existe una soterrada lucha entre varias fracciones del PAN en la
entidad: La postura de los panistas históricos que no coinciden con las líneas
de política estatal; los partidarios (de su candidato a gobernador en abierta
campaña), que buscan espacios en las municipales; y los recomendados del
aparato estatal para municipios y distritos.
Muchos de esos
aspirantes no ven claro hacia el futuro y
casi todos quieren asegurarse en lo personal. Y es que no la han pasado
tan mal en el poder. En menos de seis años muchos de ellos se hicieron de
fortunas, casas, negocios, tierras, ranchos y empresas proveedoras de bienes y
servicios al propio gobierno con jugosas ganancias, toleradas -y alentadas-
desde arriba entre compromisos
políticos, familias y cómplicidades.
Están saliendo
a la luz pública un conjunto de concesiones y permisos otorgados a funcionarios
y sus parientes para la explotación de recursos y negocios en lo que fueron los
12 años de alternancia federal.
Pero, perdieron
la presidencia en 2012 con todos los agregados y los espacios de las
delegaciones federales en la entidad, y ya no quieren arriesgar con solo pensar
en una derrota estatal en 2015.
Por eso, ahora
a la mayoría de los funcionarios estatales con aspiraciones políticas se les ve
apurados y sonrientes en algunos municipios, entregando desenfrenadamente
zapatos y uniformes escolares frente a maestros y padres de familia, tratando
de capitalizar para su persona la distribución de bienes públicos costeados por
el erario.
Otros han
inventado sus propias fundaciones, bautizadas con su nombre para tratar de
disfrazar sin rubor los recursos públicos recibidos y canalizados a tareas
diversas: consultas, empleos, becas, pies de casa, viajes y premios. Todo en
busca de clientela electoral.
Otros más se
auto inventan conferencias sobre temas diversos para hacer presencia en los
territorios que pretenden representar. Se anuncian en caros espectaculares en
calles y caminos, con rostro arreglado de por medio.
Unos más llegan
al extremo de poner en riesgo las tareas de seguridad que les han sido
encomendadas para dedicarse a disfrazar
sus tareas haciendo política panista viajando y aterrizando en los barrios y
las casas de la geografía electoral que aspiran a representar sin mayores
asuntos que darse a conocer y buscar mayores niveles de conocimiento.
A través de las
redes sociales, utilizando incluso logotipos oficiales juran y perjuran meterse
hasta la cocina donde se los permiten. Saturan Twitter y Facebook con
fotografías y mensajes insulsos, con copias a sus jefes inmediatos para
hacerles sentir sus pretensiones y avisarles, quizá, que lo importante no es la
función encomendada muy abandonada, sino
la talacha partidista inmediata que tratan de resaltar.
El cambio
cultural en el ejercicio de la política local promovido por el PAN en el poder
está en marcha y no se ve que reparen mucho en corregir. A pesar de que no todo
les ha salido como ellos quisieran, siguen con sus estilos.
Muy al
principio las bardas adelantadas con mensajes subliminales, después las
portadas de revistas sacadas de la nada, después las fachadas de las casas, los
espectaculares ubicados en áreas estratégicas, los volantes repartidos casa por
casa y la utilización de los medios de comunicación oficiales (radio y TV) para
la auto promoción.
Han enseñado
cartas visibles que seguirán explorando. Da pena ajena observar la utilización
y el control del PRD estatal para tratar de captar inconformes del PRI, buscar
la posibilidad de una alianza que los lleve a un candidato común al gobierno
estatal, y restarle votos en municipios complicados. La estrategia ahí está;
deslizar nombres de priistas para ver si pegan y tratar de dividir donde el PAN
no las trae todas consigo.
Deslizar el
nombre de Rodrigo Bours para una candidatura de parte de un PRD como el de
Sonora no lleva la intención ni de ampliar la democracia ni de luchar contra la
desigualdad. Es la intención perversa del gobierno a través del PRD de dividir
al PRI en Cajeme; su dolor de cabeza político más agudo hasta ahora. Sabe que
dividiendo a Cajeme y cerrando Hermosillo pudieran emparejar los números con el
PRI en la elección estatal.
La estrategia
oficial comprende también asegurarle al alcalde de Hermosillo el control
político de la capital, dejándolo que proponga a sus propios candidatos en la
alcaldía,las diputaciones locales y la federales y ahí se advierte otro foco de
conflicto porque son muchos (y muchas) los que quieren,y pocos los aceptados en
función del interés de grupo.
¿Plataforma
electoral? Para nada, es pragmatismo puro, que para eso se han preparado en los
casi seis años de gobierno. Lo importante para ellos no será lo que le puedan
ofrecer a los votantes, sino estar alertas de lo que los potenciales votantes
registran hoy, y de cara a la próxima elección de un gobierno y un partido que
prometió un cambio radical en Sonora y salió con más o peor de lo mismo. Ahí está
su gran dilema, su verdadero problema,más que en su plataforma azul, que por lo
desganada que aparece demuestra que solo será de trámite.En el fondo la
propuesta no les interesa tanto. Les interesa más, el poder con todos sus
dividendos,con todo y cobro de los fletes por una carga que-hasta hoy- les ha
sido liviana. Veremos.
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