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miércoles, 28 de enero de 2015

Unidad con dignidad, el mensaje de Ernesto Gándara*

Arturo Soto Munguía / chaposoto67@hotmail.com



Sé que estas no son las palabras que les gustaría oír. Sepan que tampoco son las que me gustaría pronunciar, especialmente si se trata de decírselas a ustedes, mis amigas, mis amigos, mi familia; la gente con la que hemos caminado una larga ruta, remando contra corriente, luchando a diario, sacrificando momentos para estar de pie, en cada lugar donde el deber y la responsabilidad llama.

Durante todos estos años trabajamos juntos en un proyecto con objetivos muy bien definidos. Hicimos lo necesario y muchas veces lo que estaba más allá de nuestros alcances. Lo conseguimos. Construimos una propuesta clara y ganamos la simpatía de la mayoría de los sonorenses, para representarlos como candidato del PRI.

Las cosas, como ustedes saben, no tuvieron el desenlace esperado. No el que esperábamos nosotros, como parte de este equipo, sino el que esperaba la sociedad sonorense, que siempre nos puso por delante en todos los ejercicios de medición, con los otros precandidatos del PRI, y con cualquiera de otro partido.

Los criterios empleados para la designación, sin embargo, no ponderaron esos criterios. Terminaron por tomar en cuenta otros factores y decidieron por Claudia.

Es doloroso comprobar que la democracia en nuestro partido no termina de madurar y en su lugar se privilegian prácticas que en otros tiempos quizá fueron funcionales, pero que hoy no corresponden a las expectativas de una sociedad que quiere ser tomada en cuenta.

Aquí y ahora, ¿qué debemos hacer? Estamos frente a una decisión personal y colectiva.

Estamos en el momento de poner en la balanza, cada quien a partir de su propio análisis de la circunstancia, pero también pensando en esto que es un proyecto que nos rebasa, que trasciende el ámbito de lo personal y que exige definiciones que sin duda tendrán impacto en lo que está por venir.

Hace seis años vivimos una situación similar. En aquel momento, reunidos aquí mismo, acordamos actuar en libertad, sin más orientaciones que las que dictara el propio albedrío.

El resultado está a la vista. Nuestro partido perdió la elección y en su lugar entró el gobierno más corrupto del que se tenga memoria. El llamado ‘gobierno de la alternancia’ fue un vendaval de ineficiencias, corruptelas, abusos, exclusiones e imposiciones que han dañado severamente la vida política, social, cultural, económica de Sonora.

Hasta en las relaciones vecinales, personales, familiares hay un ambiente de polarización, de crispación y encono.

Ellos están haciendo lo suyo y, por lo visto, lo están haciendo bien. Buscan prolongar al menos otros seis años, el ejercicio de un gobierno sobre el que no tiene caso buscar más definiciones, ya que todos sabemos cómo definirlo.

La decisión del partido, estarán de acuerdo conmigo, no fue la que esperábamos. Y sin embargo, hacernos a un lado, alimentar la desunión y el conflicto interno sería lo que desde el gobierno están esperando, para repetir el escenario de 2009 y derrotar de nuevo la propuesta de nuestro partido.

Allá en el Distrito Federal, ante los líderes nacionales me comprometí a levantar la mano de la candidata y alentar la unidad. Hoy quiero honrar esa palabra y hacer un llamado a seguir juntos, a cerrar filas porque esa es la única manera de recuperar Sonora, y comenzar un trabajo de reconstrucción en todos los sentidos.


Nada causaría más regocijo en los de enfrente, que una desbandada o el abandono de la trinchera. Eso, insisto, les abriría el camino para mantenerse en el gobierno.

Nosotros podemos aguantar de pie, luchando, todos los años que nos quedan por delante, pero Sonora no aguanta seis años más de un gobierno como el que nos han mostrado en este sexenio.

Por eso es importante mantener la unidad, sostener la estructura que hemos formado en todo Sonora, en cada municipio para conquistar espacios desde los cuales nuestra gente pueda impulsar este proyecto, que no debemos dejar caer.

Los que aquí estamos somos hombres y mujeres de bien. Guerreros de una causa que ha sabido de victorias y derrotas. Sí, la derrota es dolorosa, pero forja el espíritu, templa el carácter y mantiene el corazón vivo para seguir luchando. Vamos a mantenernos juntos porque es la única manera de seguir de pie, construyendo este proyecto que de ninguna manera está agotado.

De ninguna manera. Precisamente lo ocurrido es un motivo más para seguir luchando. Por democratizar las prácticas de nuestro partido, por el respeto a las decisiones de la gente, por el cumplimiento de los compromisos con la sociedad, no sólo con las cúpulas.

Por eso los invito a mantenernos unidos, pues hasta hoy no se ha perdido nada. Dividirnos en este momento, como priistas o como militantes de una causa, eso sí sería perderlo todo. Ánimo, y a seguirle de frente. A darle, que empujando el sol, se acerca la madrugada.

Unidad sí, pero con dignidad.
Unidad sí, pero para servir a Sonora, no a unos cuantos.
Unidad sí, para engrandecer la política.
Unidad sí, y que quede muy claro: unidad con dignidad.


*Palabras pronunciadas por el senador Ernesto Gándara Camou,  frente a familiares, amigos y colaboradores, momentos después del registro de Claudia Pavlovich Arellano como precandidata del PRI al gobierno del estado.

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