Ahora le comentaré algunos tips pensando en si alguna vez va a Europa los ponga a prueba. Si por algún motivo nunca puede ir, al menos que tenga una idea más clara de los que es el viejo mundo, narrado en un lenguaje más coloquial, como le escribo siempre a usted.
Comienzo por comentar el transporte público para que tenga un marco de referencia y pueda apreciar lo bueno y lo malo de nuestros servicios públicos. Después comentaremos acerca de los restaurantes, museos, hoteles y demás lugares de visita. Esta experiencia por supuesto está basada en nuestros viajes de las pasadas Misiones Comerciales a Europa.
Quiero que sepa que nos subimos en casi todos las modalidades del transporte público. Nos trasladamos en taxi, metro, RER, autobuses públicos, tren, tren suburbano, tranvía, tram, tren rápido y hasta rentamos carros en donde no hubo metro y camiones. Déjeme comentarle nuestra experiencia y a ver que sacamos de provecho de lo bueno y lo malo.
Primero los Taxis.
Es de esperar que el servicio de taxis sea más caro que en México. Lo que no se espera uno es que sean tan escasos. Cuando nos dimos cuenta de esto en París, se nos recomendó que lo reserváramos 24 horas antes. Todos los autos traen taxímetro, por lo que no hay duda de que la cuenta sea arbitraria. Los taxistas no hablan más que el idioma de su país. No me tocó ninguno que hablara o entendiera inglés. Por este motivo con un mapa y una dirección escrita es más seguro para comunicarse y así poder estar seguro de que lo llevarán a su destino.
Como todo en Europa, los taxis son carros chicos. Si éramos tres o más los que queríamos abordar una taxi, era tan fresco y fácil para el taxista decirnos solo puedo llevar a dos o se marchaban. No querían por ningún motivo llevarnos a tres. Así que de dos en dos era la suma ideal para ellos. Es posible de cualquier manera estimar el precio si uno dice a donde iba.
Cuando el metro ya está cerrado después de la media noche, pues no quedan muchas alternativas así que lo mejor es el taxi y ahí es donde ellos se van en grande, subiendo solo a los pasajero que les conviene. Me tocó ver con mucha sorpresa para nosotros Mercedes-Benz de taxis, que claro para ellos era lo más normal. El tráfico no era menos lento que en otros lugares, si era la hora pico, igual de problemas teníamos que todos para trasladarnos.
Al irnos por ejemplo a la estación del tren, nuestro problema era el equipaje, ya que sus taxis son carritos, traen cajuelitas, donde nuestras maletotas no caben. Subíamos nuestras maletotas arriba de nuestras piernas, una vez que la cajuelita se llenaba. Así a la hora de llegar a nuestro destino, veíamos el taxímetro marcaba una cantidad y a la hora de pagar, nos aumentaban la cuenta por las maletas, y por ir más de dos pasajeros. Ni modo de discutir, no nos entenderían ni nosotros, ni ellos. Pero es que nosotros les rompíamos todo su esquema, de personas que viajan solas o de parejas. Sólo a nosotros se nos ocurrió la idea de andar hasta 17 personas juntas y querernos mover en sus carritos, con nuestras maletotas.
La verdad los mexicanos estamos aprendiendo a viajar. Cuando pudimos nos trasladamos caminando, que de cualquier manera tiene sus ventajas ya que se observa y se conoce mejor que en carro, y así pudimos caminar por muchos minutos por algunas calles famosas de Europa como: Saint Germán, Campos Elíseos, el Arco de Triunfo, Fue de la País en Parías y en Roma; Vía del Corso Vittorio Emanuelle II, Vía Della Concilazione, Vía Del Fori Imperiali y La Gran Vía.
Vamos a Europa en Semana Santa 2013, $2,950, 10 días, incluye avión, transportación y hospedaje. Paris, Venecia, Florencia y Roma. 20 marzo al 1 de abril 2013
Ignacio J. Vázquez Elliott
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