CARTAS SOBRE LA MESA /ELMA LAURA AHUMADA
Como en todos los partidos
políticos, hay gente valiosa y sin duda David Figueroa Ortega es un activo con
un sello perfecto: trayectoria, presencia, inteligencia e imagen, sin embargo,
a pesar de su esfuerzo por participar en la próxima contienda electoral,
específicamente por la gubernatura, el camino trazado tiene varios obstáculos,
uno se llama Javier y el otro se apellida Gándara, que a estas alturas y desde
hace mucho tiempo, se sabe obtendrá la nominación, aún con los cambios
estatutarios, solicitudes y alzadas de voz, todo parece indicar no hay más que
hacer al respecto.
Lo anterior es la percepción
generalizada, pero él quiere romper no sólo con esa percepción sino con que el
PRI ganará el Estado sin problema, por eso sigue trabajando, recorre Sonora en
el “Zainobus” y considera que si le dan la oportunidad en una convención, puede
obtener la simpatía generalizada de los panistas, argumenta que hay voces al
interior que lo animan a continuar y por ese motivo, desde su regreso, no ha
hecho otra cosa que visitar compañeros y convencerlos de su vocación por
servir.
Durante el desayuno semanal del
Grupo de Periodistas Contrapunto Diez, nos platicó las actividades que está
llevando a cabo, presentó a su coordinador de campaña, Jorge Armenta Montaño y
escuchamos a un político convencido de que lo que hace tendrá un resultado,
conoce sus fortalezas y considera que siempre hay “un resto fiel al PAN”, esos
de estirpe que comulgan más con sus ideas que con las que han permeado en los
últimos años.
Figueroa Ortega tiene claro que
la decisión de quien debiera ser candidato a gobernador es de los panistas,
“debiera ser por convención, más de veinte mil personas pueden decidir quién,
el PAN tiene una vocación democrática y no debemos perderla”, incluso, al
inicio de año, así lo manifestó el propio presidente Juan Valencia, no solo esa
candidatura sino todas serían con procesos claros y transparentes.
Por supuesto cuenta que fue él
quien invitó y llevó de la mano a Javier Gándara al partido, no se arrepiente
de ello y sigue considerándolo una buena persona y un hombre preparado, han
platicado de sus respectivas aspiraciones y le ha dicho que no está resignado a
que los astros estén “alineados” a su favor. Seguirá “picando piedra” aquí y
allá e incluso pronto se entrevistará con el Presidente del PAN Nacional,
Ricardo Anaya, de quien tuvo elogios a su capacidad política.
La autocrítica como parte de un
partido que ya no cumple con los preceptos que le dieron origen está en su
pensamiento, acepta que es un reto que las nuevas generaciones de militantes
que se encuentran bajo la lógica del poder cambien su visión, refiere que hay
muchos otros que defienden los ideales y reconocen que hay que retomar el
rumbo. Eso de cachar rencores no es lo suyo y por ahí no es su lucha, porque
también sabe que hay gente resentida con diversas situaciones que se han
generado en el PAN y en el gobierno.
En estos momentos el continúa con
sus visitas a diversos municipios, ha sido invitado por algunos medios de
comunicación para que ofrezca comentarios y no falta quien se le acerque para
una foto, un aliento, un apoyo para que no cese en su intención de buscar
primero ser candidato y luego gobernador del Estado.
Asegura que su lucha no es un
capricho personal, que cifra su esperanza de que tiene una tarea necesaria para
valorar al panista de a pié, de aquellos militantes que lo apoyan y los
liderazgos de diversos municipios que le han manifestado su interés de que los
principios y valores que los distinguían regresen al partido.
Pues me quedo con una frase muy
común en su ambiente, en política nada es para siempre y si su juventud,
experiencia y prestigio le sirven a su partido, ya habrá ocasión para avanzar
en sus aspiraciones, que igual se concretan antes de lo que todos pensamos, su
capital es importante la valoración tendrá su momento.
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