¿Es lunes y ya estás pensando en el fin de semana? Si los domingos por la tarde son una pesadilla para ti, pensando ya en el inicio de tu jornada laboral, y estás buscando excusas para no ir al trabajo… si llegas tarde a la oficina de forma recurrente… si enciendes el ordenador y cuando ves la lista de emails no sabes por dónde empezar…. ¡Cuidado! Estás entrando en una fase de desmotivación laboral.
Para identificar unas causas debemos en primer lugar entender la conducta humana y lo qué hace que en un momento dado la persona se sienta frustrada. Nuestras acciones en la vida, por lo general, están orientadas a conseguir objetivos; cocinar mejor, bailar mejor, trabajar mejor… Tener objetivos nos mantiene ocupados y también motivados; tenemos una meta y queremos llegar a ella. El trabajador motivado pone todos sus esfuerzos en alcanzar el objetivo que se propone, y en el caso del trabajo, los objetivos son también en beneficio de la empresa.
Se establece así un proceso que todo trabajador asume mentalmente: tengo una idea, lo convierto en un objetivo, me motivo para que se cumpla, y finalmente lo llevo a cabo. ¿que puede suceder en este camino que haga que la persona pierda la motivación y no llegue a la meta? Vamos a ver los principales sucesos que se han identificado como causas de la desmotivación laboral:
- El estancamiento o falta de progreso: es muy común encontrar a trabajadores que llevan años realizando la misma tarea sin que se les asigne nada nuevo que hacer, o sin que se confíe en ellos para llevar a cabo otras posiciones o colaborar con otros equipos. La monotonía y la falta de participación en otras áreas de la empresa hacen que el empleado sienta que su desarrollo profesional está estancado y que ya no tiene nada más que ofrecer. Esa mentalidad coarta la creación de nuevas iniciativas e ideas.
- La mala comunicación o entendimiento con los rangos superiores y compañeros: esta tal vez sea la más recurrente. El problema se agrava cuando hay, no sólo falta de comunicación, sino miedo a llevarla a cabo;miedo por lo que se dirá, si te traerá repercusiones, etc. Cuando los jefes no escuchan o valoran las ideas de sus empleados se crea un clima de inseguridad, el empleado no se siente cómodo aportando su opinión y el silencio habla por si sólo empeorando la situación.
- La remuneración económica: cuando empezamos en un sitio tal vez esa no sea nuestra primera preocupación, pensamos primero en demostrar lo que valemos y en hacerlo ver. Pero con el tiempo esperamos que nuestro trabajo y esfuerzo se vea correspondido a final de mes en nuestra nomina. Una de las principales causas de desacuerdo y molestia en la remuneración es el hecho de que al empezar en la empresa hacemos unas tareas concretas pero al ir avanzando esa lista de tareas va aumentando porque ya somos capaces de asumir más responsabilidad. Sin embargo, no aumenta al mismo ritmo la retribución que recibimos por ello. Es ahí cuando al trabajador le empieza a resultar injusto tener que dar tanto por tan poco y descuida o no muestra el mismo nivel de responsabilidad por el trabajo.
- La falta de confianza y concordancia con la empresa y sus líderes: la desconfianza en nuestros líderes es un gran problema porque implica perder el respeto por ellos. Es imprescindible que los trabajadores estén convencidos de la capacidad de dirigir y la preparación para el puesto de sus líderes. De lo contrario, no sentirán nunca respeto por sus opiniones o sus directrices, haciendo que el trabajo que deban realizar les resulte inútil o que va en contra de sus principios. La desconformidad en cómo se hacen las cosas es otra causa de desmotivación; sentirse cómodo con la filosofía de la empresa y con la forma de trabajar de ésta es una de las claves para seguir estado motivado.
La desmotivación laboral es un problema para el trabajador y para la empresa
Para que se pueda superar esta situación, es necesario, como hemos visto, que contribuya tanto el trabajador como el empresario. La primera ficha, sin embargo, deberá moverla el empresario; empezar fomentando un espacio en el que los empleados se sientan cómodos.
- Mostrar interés por las personas: la empresa no vive sólo de resultados numéricos. El reconocimiento, valorar el trabajo desempeñado por las personas que trabajan en la compañía es clave para hacer que se sientan escuchados y valorados.
- Consensuar los cambios en la empresa: es bien sabido que la resistencia al cambio es uno de los factores que más rechazo produce entre los empleados. Hacer participar al personal e implementar los cambios de forma gradual ayuda a las personas a aceptarlos de forma positiva.
- Motivar al personal con planes personalizados de formación: cuando se planifican carreras profesionales dentro de las organizaciones nos creemos con más posibilidades de mejorar y ascender en nuestro puesto de trabajo. Nuestros esfuerzos y motivaciones serán mayores si mejoramos nuestra posición en la empresa.
Recordad que una buena política en la gestión de los recursos humanos de la empresa, tendrá como resultado una plantilla más competitiva y motivada.
Cuéntanos tu experiencia. ¿Te sientes motivad@ en tu trabajo?
@montse-artigas-martinez
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