Gilberto Armenta / El reino de los sátrapas
Manuel Ignacio Acosta Gutiérrez, alcalde de Hermosillo, dio un paso importante al sacar al gabinete legal y ampliado de sus habituales oficinas en Palacio Municipal, y llevarlo a una reunión a Bahía de Kino.
Este poblado, distante 108 km de la capital sonorense, ha permanecido en el olvido durante los últimos tres años, y eso lo dijo su comisario Noé Bustamante Flores.
Pero, es importante ir analizando el mencionado olvido paso a paso.
Mire usted:
Esta primera reunión se llevó a cabo en el Centro Hábitat, que por sus características, es fácil suponer fue construido dentro de esos tres años mencionados por el comisario.
En términos muy generales, es un espacio funcional, si, pero construido en medio de una enorme crisis, en varias vertientes, que enfrentan los habitantes de este territorio meramente seri.
Sin ninguna duda que estos espacios de esparcimiento familiar son una necesidad, pero nunca deben suplir otras más urgentes, prioritarias, más necesarias.
Uno a uno, varios pobladores, de todos los sectores, tuvieron su oportunidad para externar frente a la plana mayor del Ayuntamiento que los representa, las urgentes necesidades que ellos requieren les sean atendidas, y que son:
Apoyos para el sector pesquero, porque muchos de ellos son pangueros, viven del mar día a día.
Una pista aérea equipada para atraer turismo de distantes puntos del país y de Estados Unidos, porque también dependen del turismo.
Apoyos en diferentes órdenes para Punta Chueca, porque de ahí hasta Punta San Nicolás, los que recorren esos caminos son los seris, y ellos, como etnia representativa del estado, tienen derechos que no han sido debidamente atendidos.
También un reordenamiento territorial, una desalinizadora, sistemas de drenaje y agua potable, atracción de inversiones y empleos, programas sociales que fortalezcan el vinculo familiar, fortalecimiento de la seguridad, vialidades decentes, y otros temas, fueron dictados punto a punto, por esos diferentes pobladores, mientras el alcalde y sus funcionarios, tomaban nota y escuchaban con atención.
Pero, dato curioso, ninguno de los expositores hizo mención del centro hábitat en el que estaban parados, ni pidieron la construcción de otro parecido.
Es importante hacer notar esto, porque esos tres años de olvido que se mencionan líneas arriba, se utilizaron por la administración pasada, para construir lo espectacular pero innecesario, y lo mediáticamente redituable, pero ciudadanamente inútil.
Prueba de eso es justamente ese Centro Hábitat.
Por eso, es fácil entender que el alcalde “maloro” Acosta encontró una administración municipal hecha pedazos, y que desde ahí, desde los añicos tirados en el piso, viene reconstruyendo todo al mismo tiempo que hace funcionar lo demás.
Bahía de Kino es el mejor ejemplo del desastre municipal que se menciona, y ese centro hábitat, y sin demeritarlo por el uso que se le da, es la prueba física de que en el trienio de Alejandro López Caballero, importaba más lo político que lo ciudadano.
Diferencia enorme cuando es lo contrario, se demuestra con un solo ejemplo malorista: los baches que la oposición y la ciudadanía incriminó contra el alcalde, y que durante las primeras semanas de su administración ocuparon los titulares informativos, hoy, después de intenso trabajo de bacheo, han dejado de ser tema.
Y en cascada, con la misma actitud, se han ido resolviendo otros asuntos, mire usted:
La inseguridad que hoy se vive en la capital es responsabilidad, sin duda, de la actual administración, y así lo acepta el alcalde Manuel “maloro” Acosta, pero lejos de señalar la que existe en la pasada que dejó sin patrullas a Hermosillo, la actual logró equipamiento vehicular y arsenal para enfrentar esa crisis desde todos los ángulos.
Alejandro López Caballero dijo, en pasadas declaraciones, ignorar algunos asuntos que en su administración habían pasado, por ejemplo, negó hechos de corrupción y desfalco a las arcas municipales, se desmarcó de cualquier acción en perjuicio de los hermosillenses, y de manera por demás casual, se ostentó como inocente de toda acusación, simple y sencillamente porque no ha sido citado a comparecer ante ninguna autoridad.
Los hechos que el alcalde “maloro” Acosta enfrenta airoso, son prueba de que los ex funcionarios pasados, deberían pensar dos veces sus declaraciones antes de emitirlas.
No se ha podido avanzar como el malorismo quisiera, simplemente porque se están resolviendo los errores del pasado. Los beneficios a los hermosillenses no son tan contundentes como se quisiera, porque empezar de menos cero no es fácil. No se ha podido invertir en todo, porque se han tenido que establecer procedimientos para pagar la enorme deuda que el López caballerismo le heredó a esta administración actual.
El “maloro” avanza lento pero firme, pausado pero decidido, y los resultados de esto, serán más que evidentes, con el paso de las semanas y los meses, y eso, ciudadano hermosillense, usted lo notara sin lugar a dudas. Espere por ello.
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